El proyecto consta de tres partes principales: la pieza arquitectónica, el jardín y el soportal que los une. Tanto el edificio, que se retira hacia el norte dejando espacio y paso a la luz del sur, como el jardín generado por ello, se van adaptando a la topografía de las calles que lo delimitan, constituyendo, de esta manera, un ejercicio de adaptación integral a su entorno más inmediato.
Los soportales del edificio son una parte fundamental del proyecto: una continuación de los espacios verdes comunes, un "ni dentro ni fuera" que articula la conexión con la pieza construida. El jardín estará compuesto por una serie de caminos que delimitarán las diferentes zonas verdes, completadas, a su vez, por la plantación de flora autóctona que dará luz y color a estos espacios de uso compartido.
Debido al importante desnivel existente entre sus dos frentes principales, es el edificio el que articula esa importante diferencia de cota entre la calle de la parte superior, del barrio de pescadores, a la del jardín que linda con la Avenida de la Constitución. A medida que el edificio se va adentrando bajo la cota cero respectiva en su perímetro, y debido al desnivel reinante, habrá un punto en que donde no se puedan abrir luces al exterior: será ahí donde se proyectarán trasteros. Más abajo, las plantas de garajes.
En esta primera fase de ejecucion, se tiene muy presente la clara vocación de unidad. No se entienden sus partes sin el todo. Por ello, las soluciones constructivas y de diseño que se ejecuten ahora, serán extrapoladas a las del resto.
En construcción.
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